"Molino que estás moliendo
el trigo con tanto afán,
tú estás haciendo la harina
y otros te comen el pan".
Juan Vázquez do Carballal
Carballal sufrió en sus propias carnes estremecidas el gran incendio de julio de 2022, que quemó más de 11.000 hectáreas de superficie en O Courel. Un sesenta por ciento del ayuntamiento de Folgoso do Courel, sucumbió a las llamas. Incluso algunos pueblos se vieron afectados. Todavía queda mucha comarca que visitar tan bella como siempre y, en la parte afectada, pronto el monte bajo se habrá recuperado y volverá a lucirse ante nuestra agradecida mirada. La masa forestal es la que más ha sufrido pues, debido al gran potencial de combustible de los pinos heredados de otros tiempos, la falta de limpieza de montes, una ola de calor inusual por su gran duración, la sequía prolongada, y la falta de medios de prevención (los fuegos se apagan en el invierno), y de extinción (algo escandaloso en nuestros días), hasta muchas frondosas han sucumbido o se han visto muy afectadas, como uno de los soutos que rodean Carballal. Por ello, los colores propios del verano se han tornado otoñales al haberse quemado las hojas de muchos castaños, abedules o "rebolas".
Si algo bueno ha traído el fuego, es solo una cosa: la oportunidad de convertir en accesibles lugares que no lo eran desde hace muchos años. Sitios y obras de ingeniería tradicional frecuentados y utilizados cuando la vida de antaño ordenaba el territorio y no se conocía esa terrible y horrorosa expresión de la "España vaciada".
Así pues, hoy calcé mis botas y pude acceder al Molino de O Cornán, uno de los dos que utilizaban los habitantes de mi pueblo. El más popular de hecho, pues se beneficiaban de sus servicios más vecinos. El camino hasta él resultó desolador, aunque la vida se abre paso de nuevo con brotes de helechos, hierbas y árboles en su base.
O Cornán es el monte totémico del Carballal. Ocupado antigua y parcialmente por una devesa, testigo de eras glaciares, hoy era una casi total plantación de pinos, con abedules en las orillas de su "carrozo" del Cornán y de sus "carrociñas" y fuentes. El monte bajo cubría lo demás: helechos, brezos, uces, carrascos... Volverán.
Volviendo la vista hacia mi destino, el "carrozo" por el que corre un agua fresca y cantarina con sedimento de hierro, abundantísimo en esta zona, es apenas una línea estrecha que pronto se agranda, sin perder su carácter de torrente de montaña.
Antes del molino, un antiquísimo albar, con un cierre al estilo de la pared de una finca más que de un muro infranqueable al oso y al fuego, aparece a la derecha del "carrozo". Es un lugar excelente para las abejas y la producción de miel por su orientación, la cercanía del agua y la temperatura templada de su ubicación.
La vida renace...
Y, al fin, diviso el molino harinero de O Cornán.
Se trata de un molino de cubo (en principio era de canal pero se construyó el cubo, al que aquí llaman tanque, para potenciarlo). Una presa, ahora deshecha por las crecidas del torrente y el abandono de su uso, desviaba el agua del "carrozo" hacia un canal que llegaba al estanque, construido ya en piedra y a la acequia que vertía al tanque.
Las rocas de la izquierda componían la presa
Detalle de la pared que sostiene el estanque, la acequia y forma parte del cubo
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