7 de julio de 2020

FRANCISCA

En mis estancias en O Caurel aprendo muchas cosas pero, sobre todo, estar allí es una experiencia de vida. Y, en ella, va también la muerte. Esa fase final que no terminamos de aceptar. Evidentemente, las despedidas más dolorosas son las de las personas, pero no hablaré de ello hoy y aquí. Y ya sabéis como soy también con los animales. Los tengo a todos bautizados con un nombre y los ayudo en lo que puedo.

Después de varios días de saber ya la noticia y de múltiples lágrimas, hoy recuerdo aquí a Francisca. Y es que, últimamente, cada vez que regreso al Caurel me faltan gatitos de esos que convierto en mis amigos. Hasta en los animales se nota que todo allí va a menos.

Fue la gata de nuestro desaparecido vecino Francisco y era como un vínculo que aún existía con él, aunque hace años ya que nos dejó. Ahora, vuelven a estar juntos.

Hasta siempre, Doña Mandona, mi querida Francisca.


No hay comentarios:

Publicar un comentario